domingo, 6 de octubre de 2013

Sus manos pueden salvar vidas

Imagínese la situación: Va paseando por la calle y, de repente, frente a usted un viandante se desploma y pierde por completo la consciencia. ¿Qué haría? ¿Acudiría a atenderle? ¿Intentaría realizarle un masaje cardiaco? Si tiene dudas sobre cuál sería su respuesta, sepa que sus manos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte de esa persona.

Los médicos llevan años reclamando la participación ciudadana a la hora de atender una parada cardiorrespiratoria fuera de un entorno sanitario, pero ahora datos claros vienen a reforzar sus palabras. Según un estudio danés que publica esta semana la revista 'Journal of the American Medical Association' ('JAMA'), las manos -aunque no sean expertas- son claves a la hora de salvar vidas.

En 2001, Dinamarca constató que pocos de sus ciudadanos se atrevían a actuar frente a una parada cardiorrespiratoria repentina, lo que se traducía en escuetas cifras de supervivencia entre los afectados. Para tratar de remediarlo, las autoridades del país escandinavo pusieron en marcha distintas iniciativas para fomentar el conocimiento y la práctica de las maniobras de reanimación cardiopulmonar entre sus ciudadanos. Así, entre otras estrategias, se iniciaron distintos programas de entrenamiento obligatorio en escuelas y desde 2006 se estableció como requisito indispensable saber realizar una RCP para sacarse el carné de conducir.

Con estos cambios ya en la calle, un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague quiso averiguar si existía una mayor concienciación ciudadana al respecto y, sobre todo, si esto se traducía en mayores tasas de supervivencia entre los afectados por una parada cardiorrespiratoria. Para ello, analizaron los datos de 19.468 pacientes que habían sufrido una parada cardiaca fuera del hospital entre 2001 y 2010, las circunstancias en las que se había producido el ataque, cómo había sido la atención recibida y cuál había sido el resultado (Dinamarca cuenta con registros de datos sanitarios muy completos).

Sus datos fueron claros. Durante el tiempo de estudio, se había incrementado significativamente la proporción de pacientes que había recibido la ayuda de un transeúnte (el porcentaje pasó del 21.1% al 44,9%). Asimismo, también aumentó de forma considerable el número de pacientes que conseguían llegar con vida al hospital (las cifras subieron del 7,9% al 21,8%), así como los que conseguían sobrevivir al menos un mes (del 3,5% repuntaron al 10,8%) e incluso un año (del 2,9% subieron al 10,2%). En el tiempo estudiado, apenas aumentó el uso de desfibriladores semiautomáticos entre la población, aunque los investigadores lo achacan a que la expansión de la disponibilidad de estos aparatos ocurrió en el último año del estudio.

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