martes, 13 de mayo de 2014

Gemelas excepcionales y unidas por las manos al nacer
No ha sido un nacimiento más. La gestación de Jillian y Jena ocurre en uno de cada 10.000 embarazos. Son gemelas idénticas que, además de compartir el ADN, han convivido en el mismo saco vitelino y se han alimentado de la misma placenta desde su concepción. Y, por si esto no fuera poco, han nacido agarradas de la mano. Fue algo emocionante hasta para los más acostumbrados, médicos y matronas, y como ha dicho su madre, Sarah Thislewwhistle, "no había ni un ojo seco en todo el quirófano".

Imagen de las gemelas en el momento del nacimiento.Aunque se tiende a pensar que sólo hay dos modalidades de embarazos cuando son dos los niños concebidos a la vez, estas gestaciones no se limitan a la diferencia entre mellizos (originados de dos óvulos y dos espermatozoides diferentes) y gemelos (un solo cigoto originado de un óvulo y espermatozoide que posteriormente se divide en dos). Los gemelos idénticos, también conocidos como monocigóticos, también puede compartir o no la placenta y la bolsa amniótica. Lo más habitual es que cada uno tenga su placenta y su bolsa y sólo entre el 1% y el 5% de los embarazos gemelares comparten ambas estructuras.

Este tipo de embarazos se producen cuando la división del cigoto ocurre entre los días 8 y 13 después de la fecundación, una vez que la placeta y la bolsa amniótica ya se han formado. El principal problema de estos embarazos es que al compartir el mismo espacio el movimiento de los fetos puede dar lugar a enredos, nudos o estrangulamientos de los cordones umbilicales de cada uno. Este problema supone una elevada tasa de complicaciones e incluso de muerte, situándose la mortalidad en estos embarazos en el 30-70%.

Sarah, de 32 años y profesora de matemáticas, se enteró a las 19 semanas de gestación que eran dos los bebés que estaba gestando. "Hubo un gran silencio. Nadie decía nada. Fue un shock", afirma esta madre. También en ese momento su médico le dijo que era dos pero que compartían placenta y bolsa y que esto la obligaría a guardar reposo y a estar ingresada. De esta forma, tuvo que pasar 57 días de reposo en el Centro Médico Akron General , en Ohio (EEUU). Algo que para ella ha sido la parte más dura para ella, pues le ha obligado a estar separada de su otro hijo, Jaxon, de 15 meses, que se ha quedado con su padre y abuela materna.

Las niñas nacieron a las 33 semanas por cesárea sin problemas. Jenna pesó algo más de un kilo ochocientos gramos y Jillian poco más de kilo tres cientos gramos. Al extraerlas, el médico las mostró a su madre porque estaban agarradas de la mano. "Ya son las mejores amigas. No puedo creer que estuvieran agarradas de la mano. Es sorprendente", ha afirmado la madre.

Además de los problemas con los cordones umbilicales, estos embarazos conllevan más riesgo de defectos congénitos -algo que no parece haber afectado a estas niñas-, muerte de uno de los gemelos, y otros problemas. El único problema que se ha podido detectar hasta el momento es que Jenna no podía respirar por sí misma y precisó oxígeno. Ambas niñas fueron trasladadas al Hosital Infantil de Akron por este motivo y se prevé que estarán ingresadas de dos a cuatro semanas más.


"Es difícil poner en palabras lo increíble que es pensar que las chicas están bien", ha afirmado la madre a la agencia Associated Press.

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