Avance valioso sin temor
ético
La creación de órganos dentro de animales propuesta por Juan
Carlos Izpisúa, del Instituo Salk en La Jolla (California) y que este periódico
recogía ayer no supone ningún recelo ético ni para científicos ni para expertos
en bioética. Los retos técnicos que supone el proyecto a la hora de aplicarlo
en humanos para lograr órganos listos para trasplantes son los que más
preocupan a los investigadores.
"Desde que Shinya Yamanaka lograra la reprogramación
celular, las investigaciones en terapia regenerativa soltaron esa rémora que
tenían por usar células madre embrionarias. Este tipo de estudio están muy
asentados y muchísimos laboratorios están detrás con una racionalidad muy
buena. El único problema que veo en la biomedicina es la falta de información
verídica que ha habido sobre estos temas, ya que muchos científicos hablan sin
tener conocimiento preciso sobre ciertos experimentos y, por otro lado, hay
cierta confusión en la sociedad porque cuando se habla de células madre se
piensa que todas son embrionarias y eso no es así. Todo esto crea una nebulosa
que es el principal problema ético, es decir, el no darle a la sociedad las
suficientes armas, la suficiente información, para que pueda opinar",
apunta Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica de la Universidad de
Navarra y miembro del Comité de Bioética de España.
Por otro lado, esta experta señala que, "por desgracia,
en estos campos hemos tenido mezclada mucha ideología política por ambos
extremos. Hemos visto incluso estos temas dentro de campañas políticas".
Carlos María Romeo Casabona, director de la Cátedra
Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano de la Universidad de Deusto,
Bilbao, y también miembro del Comité de Bioética de España tiene una opinión
similar a la de López Moratalla. "No veo problemas éticos, más bien al
contrario porque se elimina la necesidad de utilizar embriones. Pero sí habría
que plantearse otros asuntos que surgen de combinar distintas especies. A
finales de los 90 resurgió con fuerza el tema de los xenotrasplantes [trasplantar
un órgano de una especie a otra], pero con igual firmeza decreció el entusiasmo
porque se comprobó que aspectos como el riesgo de transmitir enfermedades de
animales y otros problemas genéticos no eran tan fáciles de resolver. Salvando
las distancias técnicas, veo estos problemas en este trabajo", explica
Romeo Casabona.
Sin embargo, para Rafael Matesanz, director de la Organización
Nacional de Trasplantes (ONT), el riesgo de transmisión de enfermedades no
supone un problema muy grande. "Nunca se ha demostrado que los retrovirus
porcinos generen enfermedades a los humanos. Es verdad que si se mezclan virus
de diferentes especies en un huésped se abre una puerta a las mutaciones y a
las grandes pandemias, pero es una posibilidad remota. El cerdo, desde el punto
de vista veterinario, está muy estudiado. Además, cuando los trasplantes son
entre humanos, también hay posibilidad de transmitir un virus que no se haya
detectado. El riesgo cero no existe. El trabajo de Izpisúa es muy original y
abre una línea muy importante de investigación", afirma.
Por otro lado, el director de la ONT señala el valor de que
este científico esté estudiando el riñón, ya que en una investigación anterior
fue capaz de generar minirriñones a partir de iPS y aquí lo ha hecho dentro de
animales. "El riñón ha sido uno de los olvidados en este tipo de
investigaciones y, sin embargo, es del que hay más demanda. Además, esta
iniciativa de Izpisúa ofrece alguna ventaja porque este órgano es uno de los
más adecuados para esta propuesta ya que no requiere tantas prisas como otros.
Una persona con un problema renal no tiene tanta urgencia de trasplante como
con otras enfermedades y, además, está la diálisis que podría realizarse a la
espera de la fabricación de un órgano a la carta, si esto llega algún día a la
clínica", explica.
Javier García-Sancho, presidente de la Sociedad Española de
Terapia Génica y Celular, cree que es importante señalar que "aunque el
trabajo es muy interesante, no va a dar resultados a corto plazo. Creo que también
hay que tener en cuenta otras iniciativas como la de hacer órganos en el mismo
cuerpo donde se necesitan, como publicó Manuel Serrano hace meses. Porque el
gran inconveniente de esta técnica es la complejidad de pasar de un animal a
otro o al humano, el implante es muy complejo".
La lejanía en el tiempo de la posible aplicación de estos
trabajos es una de las barreras que ve Xavier López Aranguren, investigador de
Terapia Celular y Regenerativa del Centro de Investigación Médica Aplicada
(CIMA) de la Universidad de Navarra. "La creación de órganos humanos en
animales es una opción terapéutica muy atractiva debido a la escasez de órganos
para trasplantes. Sin embargo, aún está lejos el poder crear órganos humanos en
animales. Hay que resolver muchos problemas científicos como conseguir que las
células humanas únicamente contribuyan al órgano de interés".
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