Preocupación por las
bacterias multirresistentes
Las bacterias resistentes a los antibióticos se están
convirtiendo en un serio problema de salud pública que cada vez preocupa más a
médicos, investigadores y políticos. La revista The New England Journal of
Medicine publica un nuevo caso de este tipo de resistencias que terminó con la
vida de un joven paciente. Además de esta muerte, los médicos advierten de que
el riesgo es que la bacteria pueda circular fuera del ambiente sanitario.
El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM)
está produciendo más de un quebradero de cabeza en los especialistas que tratan
a las personas afectadas por estos patógenos. Las infecciones que produce son
cada vez más frecuentes en el medio hospitalario, aunque también puede afectar
a personas fuera de los hospitales y las instalaciones de atención médica. El
SARM infecta a unos 53 millones de personas en el mundo y sólo en EEUU causa la
muerte de unas 20.000 personas cada año, es decir, más que el VIH.
El caso publicado por NEJM es un ejemplo de la variabilidad
que puede sufrir este patógeno en ciertas circunstancias. La nueva mutación se
ha detectado en un paciente de 35 años de Sao Paulo (Brasil) que
"presentaba micosis fungoide [el tipo más frecuente de linfoma cutáneo de
células T1], adicción a la cocaína y diabetes", relata el artículo
elaborado por médicos de la Universidad de Texas (EEUU). "En un principio
fue ingresado en un hospital psiquiátrico por depresión e ideas suicidas",
pero empezó a desarrollar una infección detrás de otra en la piel (las
infecciones por SARM se manifiestan generalmente en forma de granos y
forúnculos) que al final pasó a la sangre.
Por este motivo, el joven fue tratado con diferentes
antibióticos. "Quizás los reiterados tratamientos le proporcionaron a la
bacteria el tiempo suficiente para volverse resistente", expone César
Arias, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas (Houston)
y principal autor del estudio. De esta manera, el patógeno, que al principio
era sensible a los antibióticos de primera línea, como la meticilina o la
vancomicina, presentó una mutación que le confirió resistencia a estos
fármacos, lo que generó una infección sanguínea muy grave que, finalmente,
terminó con la vida del paciente. Y aunque esta infección se contrajo en el
mismo hospital, los expertos están preocupados porque la cepa pueda circular
también fuera del ámbito sanitario.
No obstante, apunta otro especialista, David Weber, profesor
de Epidemiología de la facultad de Salud Pública de la Universidad de Carolina
del Norte (EEUU), existen otros organismos resistentes que pueden ser más
peligrosos (por ejemplo, la enterobacteria resistente al carbapenem -ERC-).
"En una escala del 0 al 10 (siendo 10 los más graves), la clasifico con un
dos o tres", puntualiza. Principalmente, por dos motivos: la bacteria no
se diseminó a otras personas y parecía ser vulnerable a otros antibióticos
(distintos a la meticilina o la vancomicina), aunque el paciente murió antes de
poderlo comprobar (cuando estaba recibiendo otros fármacos como el meropenem).
De hecho, en los últimos 12 años, agrega, "sólo se han registrado 13 casos
de SARM resistentes a vancomicina en EEUU y en ninguno las bacterias aisladas
siguieron diseminándose".
Los resultados de este trabajo, explica Barbara Murray,
presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de EEUU, "nos
indican que en el futuro habrá que aumentar la vigilancia en América del Sur y
el resto del mundo" para prevenir las infecciones. Esto "refuerza la
idea de lo importante que es no usar antibióticos más de lo necesario para
evitar la aparición de resistencias", concluye.
Como remarca Weber, "perder la vancomicina, un fármaco tan
económico, como primera elección por culpa de la resistencia bacteriana, supone
una considerable carga económica para el sistema de salud de cualquier
país". Además, coinciden los expertos, el estudio recuerda que
"necesitamos que la industria farmacéutica desarrolle nuevos
antibióticos".
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