sábado, 1 de febrero de 2014

Detectan 'niveles elevados de radiactividad' en la planta nuclear británica de Sellafield
Los altos niveles de radiactividad detectados en las últimas horas han forzado el cierre parcial de la planta nuclear de Sellafield, en el noreste del Reino Unido. La central, que se encuentra en proceso de desmantelamiento y se dedica básicamente a almacenaje y procesamiento de productos radiactivos, ha recomendado a la mayoría de sus 5.000 empleados que no vayan al trabajo como medida preventiva.

Aun así, la gerencia de Sellafield ha recalcado que los niveles de radiación no suponen un peligro inminente para sus trabajadores o para la población cercana en la ciudad de Seascale, en Cumbria. Según la dirección, los niveles detectados son en cualquier caso "mucho más bajos del mínimo necesario para hacer algo especial o anunciar el estado de emergencia".

La planta nuclear de Sellafield, en el noreste del Reino Unido.El aumento de los niveles se atribuye posiblemente a una fuga radiactiva, aunque se desconoce de momento la causa. La zona afectada ha sido cerrada temporalmente y la central funciona con una plantilla reducida.

"Se trata de una decisión prudente mientras dura la investigación y no afecta al funcionamiento normal de la planta", recalcaron los responsables de Sellafield. "Sólo están en sus puestos los trabajadores esenciales, pero la situación es de normalidad y no se han registrado niveles altos de radiactividad en otras zonas de la planta".

Sellafield es en realidad un vasto complejo creado en los albores de la era nuclear, incluidos los cuatro reactores de tipo Magnox de Calder Hall (el primero de ellos, inaugurado en 1956). Además de generar energía nuclear, sirvió para la producción de plutonio para armas nucleares y el procesamiento de combustible con destino a otras centrales nucleares.

En 2012, se anunció el inicio de su cierre debido a la obsolescencia de sus instalaciones. Sellafield se dedica actualmente al procesamiento de residuos radioactivos. Allí se encuentran dos de los almacenes radiactivos considerados como más peligrosos de Europa, con varios casos de fugas menores en las dos últimas décadas.

Pese a los problemas detectados, el Gobierno de David Cameron estudia la posibilidad de construir allí una nueva central, dentro de su ambicioso plan de relanzamiento de la energía nuclear en Reino Unido, que cuenta hoy por hoy con 16 reactores (capaces de generar el 19% de la tarta energética del país).


Hace apenas tres meses, Cameron anunció la construcción de la primera central nuclear en el Reino Unido desde 1995. Los dos nuevos reactores están previstos en Hinkley Point (en el canal de Bristol) y su contrucción está estimada en 17.000 millones de euros. El "renacimiento nuclear" en Reino Unido será posible gracias a un consorcio en el que participan las compañías francesas EDF y Areva y los dos grandes conglomerados nucleares chinos, CGN y CNNC.

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