domingo, 19 de enero de 2014

BP vaticina que las emisiones de CO2 se dispararán un 29% en 2035
La compañía británica BP vaticina que las emisiones de CO2 se dispararán un 29% de aquí al 2035, según un informe interno difundido por The Guardian. El estudio reconoce que las explotaciones de gas pizarra por el controvertido método del "fracking" (fractura hidráulica), aunque menos contaminantes que el carbón, no tendrán apenas efecto en la lucha contra el cambio climático.

El análisis de BP -responsable del vertido en el Golfo de México en el 2010- ha coincidido con la difusión del borrador del próximo informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU, que advierte que las emisiones subieron en la última década al ritmo del 2,2% anual y que crecerán incluso a mayor ritmo, a menos que se acelere la transición hacia las energías renovables.
 
Las inversiones en renovables han experimentado sin embargo la segunda gran caída continuada desde el 2011, cuando tocó el techo de 233.000 millones de euros. El año pasado se invirtieron 186.000 millones, principalmente en eólica y solar, según datos del Ceres Investor Network.

La "marcha atrás" de la renovables es especialmente preocupante en Europa, donde las inversiones han caído un 41%, pese al tirón de Alemania. España ha pasado de ocupar el podio europeo a encabezar el ranking de países con una mayor caída de las inversiones en renovables (un 96% en el 2013, según Bloomberg News).

El reciente informe de BP, uno de los primeros gigantes energéticos en dar "marcha atrás" en su apuesta por las renovables, concluye que el principal cambio en la tarta energética de las dos próximas décadas lo constituirá la irrupción del gas pizarra. Precisamente, la compañía pionera en prospecciones de "fracking" en el Reino Unido, Cuadrilla Resources, está capitaneada por Lord John Philip Browne, el mismo que acuñó el término de Beyond Petroleum y que lideró el lavado de cara 'verde' de la petrolera británica.

'Fracking'

En su informe interno, BP tira por tierra las alegaciones (defendidas entre otros por el presidente Obama), de que el "fracking" va a servir para recortar las emisiones de CO2. Según el estudio, el carbón que ha dejado de quemar Estados Unidos desde que estalló la fiebre del gas pizarra se ha exportado a otros países y ha contribuido indirectamente a aumentar las emisiones. De hecho, la demanda mundial de carbón ha crecido hasta máximos históricos, impulsado por la demanda en países emergentes como China.

"La defensa del gas pizarra como alternativa está haciendo agua", ha declarado a The Guardian Tony Bosworth, portavoz de energía de Amigos de la Tierra. "Los expertos han empezado a reconocer que no sólo no servirá para abaratar las factura de la luz, sino que tampoco va a servir para cortar las emisiones".

"La única manera de combatir el cambio climático es apostar por la eficiencia energética y acelerar la transición a las renovables", sostiene Bosworth. "El "fracking" es sólo una distracción que nos desvía de nuestros objetivos para evitar que el clima del planeta sea incontrolable"


El primer ministro británico, David Cameron, anunció sin embargo la semana pasada que el Reino Unido tendrá el régimen fiscal más favorable al "fracking" y prometió grandes incentivos económicos a los pueblos donde se lleven a cabo las prospecciones. Hasta el 64% de la campiña inglesa podría ser perforada a la busca del "maná" del gas pizarra.

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