La lepra sigue sin erradicarse y la cifra de infectados sube en
India
Nazma tenía 12 años cuando un día se hirió en el pie y no se
percató. Las bacterias de la lepra se abrieron paso en su sistema nervioso y
cuando la herida se hizo más profunda y comenzó a supurar, su madre la llevó
desde su aldea, en Uttar Pradesh, a un hospital. Durante tres años recibió
tratamiento médico sin que se le comunicara que tenía lepra. "Cuando
recibí el diagnóstico, tanto mi familia como yo estábamos destrozados",
recuerda ahora, con 38 años.
"Los vecinos del pueblo dijeron: hay que separarla, hay
que lavar su ropa por separado, necesita un plato sólo para ella que nadie más
podrá utilizar", relata Nazma, mientras las lágrimas ruedan por sus
mejillas.
A pesar de que fue tratada con éxito, en su cuerpo seguían
saliendo heridas y úlceras tan pronto como abandonaba el hospital y regresaba a
la aldea. En la actualidad ha perdido todos los dedos del pie izquierdo.
"Mi familia me apoyó, pero el resto del pueblo se preguntaba: ¿Por qué se
trata en casa a una enferma de lepra?". Entonces decidió casarse con otro
enfermo y formar una colonia de leprosos.
India tal vez sea una potencia económica emergente, pero cada
año 130.000 personas se contagian de lepra en la nación del subcontinente
asiático. Esa cifra es más de la mitad de los nuevos casos de infección en todo
el mundo. Y además los enfermos siguen siendo objeto de una gran
discriminación. "Cuando le digo a mi gente que trabajo en una colonia de
leprosos todos dicen asombrados: ¿Qué? Quedan impresionados", comenta la
profesora Teresa Prashanti.
El temor y los prejuicios están tan extendidos que la mayoría
de los indios enfermos de lepra viven en las cerca de un millar de colonias que
existen en el país. "Antes, la mayoría de ellos salían a la calle a
pedir", relata Henry Samuel, director del programa "Pueblo de
Esperanza" en la periferia de Delhi. La Hope Foundation ayudó a los
residentes con cursos de costura o computación y otorgó microcréditos con los
que los residentes se pudieron comprar "rickshaws" y abrir pequeños
negocios. Ahora, el millar de familias que viven en la colonia pueden
mantenerse.
Durante mucho tiempo, la cifra de nuevos contagios fue
remitiendo. Hace más de 30 años se descubrió un nuevo tratamiento, pero luego
hubo una relajación y ahora la Organización Mundial de la Salud vuelve a
registrar un aumento de contagios.
En teoría habría que invertir de nuevo mucho dinero para
seguir investigando, pues los científicos reconocen que en realidad se sabe
poco de la lepra, sobre todo cómo se transmite exactamente. Y una de las
razones por las que se ha dejado de investigar la enfermedad es porque se ha
erradicado en los países industrializados, por lo que falta un mercado rentable
para las farmacéuticas.
India es, debido a varias razones, uno de los países más
afectados por la lepra, señala K.S. Baghotia, el responsable del tratamiento a
la enfermedad en Nueva Delhi. "Las relaciones familiares son muy fuertes,
y cuando uno enferma, el resto se contagia".
Además, cientos de millones de personas en India no tienen
suficiente para comer, con lo que su sistema inmune está débil y se pueden
contagiar fácilmente.
A pesar de todo, la lepra ha dejado de ser un diagnóstico
terrible, señala Baghotia. Un paciente de lepra no tiene dolores, no le pica,
la enfermedad es fácilmente reconocible y se puede curar por completo, además
el tratamiento es gratuito, agregó. "En un programa de televisión me
pidieron que escogiera una enfermedad y yo dije: lepra".
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