El cometa ISON ya es observable a simple
vista
Los científicos ya
lo auguraban: el cometa ISON sería
visible a simple vista a finales de noviembre, a pesar de que el punto de
máximo acercamiento a la Tierra no se produciría hasta diciembre. Sin embargo
un estallido de actividad ha adelantado
ese momento y ya se puede observar gracias al aumento de su brillo.
Los cometas son
cuerpos sólidos helados de pequeño tamaño que cambian según aumenta su temperatura al acercarse al
Sol. Básicamente, al calentarse se evaporan (subliman) arrastrando consigo
pequeños granos de polvo que, al quedar libres reflejan la luz y dan lugar a la
coma (la mancha difusa central que envuelve al núcleo) y las típicas colas.
Normalmente son muy estables en lo que a visibilidad se refiere, pero en
ocasiones, como ha ocurrido en este caso, aumenta súbitamente su brillo hasta
el punto de verse a simple vista antes de lo esperado.
"Una posible
explicación para el estallido reside en que el eje de rotación ha estado
bastante alineado con la dirección Sol-cometa, de modo que solo un hemisferio
del núcleo cometario ha recibido radiación y puede haber "hielos
frescos" (en el otro hemisferio) que apenas hayan recibido luz solar hasta
ahora. Conforme ISON se vaya acercando al sol irá cambiando también la posición
del punto subsolar en el cometa y, por tanto, habrá partes antes en sombra que
de repente reciban radiación y puedan sublimarse", explica José Luis
Ortiz, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Y es que en el
Instituto de Astrofísica de Andalucía, perteneciente al CSIC, están
participando en diversas campañas de observación preparadas para estudiar antes
y después de su paso por el perihelio, el punto de máximo acercamiento al Sol.
Este análisis les permitirá conocer sus características y su actividad antes de
que alcance el punto de máximo acercamiento a nuestro planeta. Para observarlo
los investigadores utilizan el radiotelescopio IRAM de 30 metros.
ISON, un cometa
especial. El denominado
“cometa del siglo” no es un objeto habitual. Descubierto el 21 de septiembre de
2012 por un grupo de astrónomos rusos, se trata de un cometa que proceda de la nube de Oort, una burbuja
que rodea el Sistema Solar. Esta nube se cree que está formada por los restos
de la nebulosa que dio lugar al Sol y a los planetas hace unos 4.600 millones
de años.
El cometa pasará,
según las estimaciones de los científicos, a solo unos 1,8 millones de
kilómetros del Sol (2,7 radios solares) el próximo 28 de noviembre. Esta
cercanía le hará alcanzar temperaturas de unos 5.000 ºC lo que probablemente
produzca la sublimación de hielo, silicatos e incluso metales. Dicha
sublimación tendrá un efecto visual directo en forma de brillo, aunque también
puede ocurrir que acabe fragmentándose o vaporizándose y desapareciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario