El Sol hiperactivo
Dentro de su ciclo
de once años, el Sol atraviesa ahora por su momento de máxima actividad. Este
periodo viene a continuación de un mínimo que fue particularmente largo y
tranquilo, lo que provocó cierta preocupación en algunos sectores. Se llegó a
pensar que un periodo de hibernación solar muy prolongado podría tener cierta
influencia sobre el clima terrestre y se especuló que a un mínimo tan marcado
podría seguir un máximo también particularmente acusado, llegándose a
pronosticar, sin mucho fundamento, que en el año 2012 asistiríamos a
catástrofes ocasionadas por grandes tormentas solares.
Lo que sucede en
realidad es que el periodo solar de once años es muy irregular. Su duración
puede variar entre siete y quince años y sus máximos y mínimos pueden tener
amplitudes muy variables. Ha habido mínimos históricos muy prolongados, entre
ellos es famoso el mínimo de Maunder que se extendió durante la segunda mitad
del siglo XVII, pero tales mínimos no tienen porqué ir seguidos de máximos
catastróficos.
La región activa
1890. | NASA/SDO
El actual máximo
solar tiene las características habituales. Hasta ahora las mayores
fulguraciones han tenido lugar el 6 de agosto de 2011 (tipo X6.9) y el 7 de
marzo de 2012 (tipo X5.4), a las que sigue la del 5 de noviembre de 2013 (tipo
X3.3). Esta última se originó en la región activa 1890, un grupo de grandes regiones
oscuras que alcanzan el tamaño de la Tierra (unos 12.000 kilómetros). Estas
'manchas solares' siempre aparecen por grupos, tienen una temperatura 1.500
grados más baja que la temperatura media del resto de la fotosfera (unos 5.800
grados) y se mantienen entre un día y tres meses para desaparecer a
continuación sin dejar rastro. También en esta misma región 1890, el 8 de
noviembre tuvo lugar una erupción de tipo X1.1.
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