domingo, 10 de noviembre de 2013

Los bebés 'nacidos' de la música
Laura y Marta ya tienen la banda sonora de su vida. Ellas son dos de los primeros bebés en el mundo en los que la música ha tenido un papel importante en su fecundación. El centro al que acudieron sus padres para utilizar una técnica de reproducción asistida incorporó un programa novedoso para mejorar la tasa de fecundación y ahora presentan los datos obtenidos en estos meses.

El pasado mes de julio, el Institut Marquès de Barcelona presentó los resultados de este programa pionero de I+D+i en el congreso de la Sociedad Europea de Reproducción, celebrado en Londres. Se trata de aplicar las micro vibraciones musicales en las incubadoras de embriones en las que permanecen los óvulos antes de ser fecundados.

"El estudio que presentamos en el congreso lo hicimos con 114 parejas [de España y otros 16 países], pero ahora lo estamos aplicando en todos los casos. Ya hay cientos de mujeres embarazadas en los que se ha utilizado la música", señala la doctora Marisa López-Teijón, jefa de Reproducción Asistida del Institut Marquès y principal autora del estudio que en breve será publicado en una revista científica.

Al aplicar la música a los ovocitos, los investigadores han comprobado que mejora la tasa de fecundación un 5%. "Es un cifra muy importante. Algunos investigadores señalan que su mecanismo estriba en los cambios que genera en el ARN mensajero, otros apuntan a modificaciones en los niveles de calcio intracelular o en alteraciones en la regulación de los factores de crecimiento. Sin embargo, nuestra teoría es que la vibraciones que genera la música simula el movimiento que tiene el óvulo en el cuerpo de la mujer y ese movimiento genera un reparto más homogéneo de los nutrientes que necesita y además evita que se acumulen los productos tóxicos", explica López-Teijón.

Aunque este primer estudio se ha centrado en el efecto de la música sobre los óvulos, esta especialista adelanta que ya están en marcha otros dos en los que se valorará por un lado el efecto de las vibraciones musicales en la evolución de los embriones y, en una fase posterior, si la tasa de embarazos aumenta si la mujer escucha música.

"No toda la energía sonora genera los mismos efectos en los organismos vivos. Diferentes frecuencias de onda o de organización armónica del sonido puede ejercer distintos resultados, es decir, que no es lo mismo la música que el sonido", señala López-Teijón.


En cuanto al tipo de música que se les pone a los ovocitos y embriones, Carolina Castelló, embrióloga directora de los laboratorios FIV del Institut Marquès, enumera que "son de tres clases: música clásica, heavy metal y pop". A través de un iPod, colocado en las incubadoras, se emite la música a una intensidad diferente en función del tipo: la clásica a 67 decibelios, la pop a 80 y la heavy a 84. "No hemos visto diferencias en función de si se emplea una música u otra", aclara Castelló, quien explica que cada mes cambia el estilo de música que se escucha en las incubadoras.

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