La brillante nebulosa navideña
El astrónomo
Rafael Bachiller nos descubre en esta serie los fenómenos más espectaculares
del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades
científicas sobre el Universo analizadas en profundidad.
Una imagen tomada
por el Hubble de la nebulosa planetaria NGC5189 revela la intrincada y compleja
estructura que se produjo tras la muerte de su estrella progenitora. A grandes
rasgos, la nebulosa parece una burbuja de vidrio soplado unida a una cinta y
nos evoca los elementos decorativos propios de estas fiestas navideñas.
Intrincada
estructura
Debido a su brillo
y a sus fascinantes simetrías, las nebulosas planetarias se encuentran entre
los objetos más bellos del universo. Muchas observaciones de nebulosas
planetarias archivadas en el 'legado' del telescopio espacial Hubble han sido
tratadas recientemente por la artista digital Judy Schmidt . Tales imágenes,
algunas de las cuales ilustran este artículo, nos ayudan a descubrir
innumerables y sorprendentes detalles. A menudo estas nebulosas forman enormes
burbujas gaseosas en expansión que parecen decorar la Vía Láctea, de manera
similar a como lo hacen las bolas brillantes en un árbol navideño.
La peculiar
morfología de la brillante nebulosa NGC5189 ha atraído la atención de los
astrónomos durante casi dos siglos. Con la ayuda de un telescopio se distingue
una forma dominante similar a la letra S o a la de algunas galaxias espirales,
lo que la ha llevado a ser conocida como la 'Nebulosa Planetaria Espiral'. Pero
junto con esta estructura en forma de S se encuentra una colección caótica de
burbujas y chorros de gas, nubecillas brillantes y numerosos glóbulos de
aspecto cometario con la cola apuntando en dirección radial. Esta espectacular
nebulosa, que está situada a una distancia de unos 1.800 años luz en la
constelación austral de la Mosca, cerca de la Cruz del Sur, tiene un tamaño que
supera los 2 años luz.
En el centro
geométrico de NGC5189 se encuentra una estrella muy caliente (su temperatura
alcanza los 100.000 grados), llamada HD117622, que tiene una abundancia de
hidrógeno demasiado baja en comparación con la abundancia media del hidrógeno
en nuestra galaxia. Desde esta estrella soplan unos vientos violentísimos, a
velocidades próximas a los 10 millones de kilómetros por hora, que están
constituidos por el material de la atmósfera estelar. De esta forma, la
estrella va expulsando una gran parte de su masa al espacio interestelar. La
colisión entre capas sucesivas de gas, que son eyectadas a velocidades
diferentes, es lo que crea formas caprichosas en la envoltura, filamentos,
chorros y glóbulos, que se acentúan mediante la intensa iluminación procedente
de la estrella central.
Muerte estelar
A pesar de su
aspecto festivo, fue la muerte de una estrella (HD117622) lo que originó la
nebulosa NGC5189. Pero ¿por qué murió HD117622? El interior de las estrellas se
compara a veces con un colosal reactor de fusión nuclear en el que el hidrógeno
es convertido en helio. El pequeño déficit de masa que tiene lugar en esta
reacción nuclear es lo que genera la luminosidad estelar. Cuando el hidrógeno
se agota, tres átomos de helio forman uno de carbono y de manera análoga,
mediante otras reacciones nucleares, se van formando elementos más y más
pesados. Naturalmente este proceso es el responsable del déficit de hidrógeno
observado en HD117622.
Cuando una
suficiente cantidad del combustible nuclear se ha consumido, la energía
generada en las reacciones nucleares no puede contrarrestar el propio peso de
la estrella. Entonces el interior estelar se comprime y calienta enormemente
(las temperaturas alcanzan allí varias decenas de millones de grados) y, como
reacción a este proceso, las capas exteriores de la estrella se expanden y
enfrían. Durante este violentísimo periodo la estrella se convierte en una
'gigante roja'.
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