Una momia egipcia en un
cubo de basura en París
Una momia egipcia rescatada de la basura protagoniza estos
días la última campaña para recaudar fondos de la Fundación del Patrimonio
Nacional francés. Conocida como la momia Ta-Iset de Rueil-Malmaison, por el
hecho de haber sido descubierta en 2001 en dicho suburbio parisino, se trata de
una antigüedad que los expertos datan entre los siglos I y III antes de Cristo
y que precisa ser restaurada de urgencia.
¿Cómo fue a parar a la escombrera? ¿Quiénes han sido sus
propietarios durante los últimos años y por qué se deshicieron de ella? ¿Quién
la trajo a Francia y cuándo? Son algunos de los misterios que rodean la
venerable mortaja de lo que aparentemente es una niña de 5 años que habría
nacido entre la época de Ptolomeo y la llegada de los romanos a orillas del
Nilo.
Según los habitantes de Rueil-Malmaison (en el departamento de
Hauts-de-Seine, al oeste de la capital gala), la historia de su momia es digna
de las más fantásticas leyendas egipcias. Al parecer, una mujer desconocida
llegó en 2001 al Cuartel Guynemer, enfrente del cual hay contenedores para el
reciclaje, y preguntó a los presentes dónde podía tirar un voluminoso paquete
alargado. «¿Es un muerto?», bromeó alguien. «No, es una momia», explicó la
anónima ciudadana.
Para los agentes de Protección Civil, que ya entonces ocupaban
esta antigua sede de la guardia suiza, aquello supuso «un auténtico engorro»,
como bien recuerda Jean-Louis Parichon, presente aquel día y hoy adjunto al
jefe del servicio. «Enseguida nos dimos cuenta de que era un objeto
extraordinario. Algunos pensaron que podría ser de verdad un cadáver y dudamos
en llamar a la Gendarmería. Otros se preguntaban si era una falsificación. Hubo
incluso quien sugirió ponerla a la venta en eBay... Al final, decidimos
entregarla al Museo de Historia Local», explica Parichon.
Una restauración de 15.000 euros
Durante meses, los eruditos del Museo del Louvre analizaron el
hallazgo para determinar que era auténtico. En el pequeño ataúd de madera
clara, la radiografía reveló un cuerpo entero de 92,5 centímetros de altura,
envuelto en vendas y con el esqueleto bien conservado. Algunas inscripciones
funerarias permitieron a los egiptólogos incluso darle un nombre a esta niña
que debía de pertenecer a la clase media: Ta-Iset, que en el idioma de los
faraones significa La de Isis, en honor a la diosa protectora de la mitología
egipcia.
Según las especulaciones de los historiadores, este tesoro
podría haber sido traído de Egipto por el General Noël Varin-Bey: un oficial de
Napoleón Bonaparte que luego serviría durante dos décadas al servicio del
virrey de Egipto, Mehmet Ali, llegando a fundar en Gizeh una escuela de
caballería. De vuelta al Hexágono en 1857, el veterano militar se había
instalado en Rueil-Malmaison trayendo consigo a Ta-Iset como recuerdo de su
larga estancia en aquel país. Luego sus herederos, no sabiendo qué hacer con
tan excéntrico souvenir, se habrían deshecho de él.
«Llamada a filántropos: ¿quiere usted contribuir a restaurar
una auténtica momia egipcia?», pregunta la web de Patrimonio Nacional. En el site,
se explica que los gastos de reparación de tan curiosa antigüedad ascienden a
15.450 euros, de los cuales el municipio correrá con 5.000 euros y la región de
Ile-de-France con otros 4.000. El resto habrá de cubrirse con suscripción
popular y con dinero de la Fundación, que se ha comprometido a aportar el
capital que falte siempre que la iniciativa ciudadana cubra al menos un 5% del
coste total presupuestado.
«Esta es la primera vez que abrimos una suscripción para una
momia. No tengo duda de que va a ser un éxito dada la historia tan curiosa del
objeto», señala Mary Tozer, gerente de proyectos de Patrimonio Nacional. La
restauración consistirá en consolidar el cartón y reforzar los textiles del
vendaje, además de una limpieza general, y correrá a cargo del Centro de
Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF) con sede en
Versalles.
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